Uno de los mayores problemas con los que se puede enfrentar una persona en su trabajo es el estrés. Este se produce como consecuencia de un desequilibrio entre las demandas del ambiente (estresores internos o externos) y los recursos disponibles del sujeto. De tal modo, los elementos a considerar en la interacción potencialmente estresante son: variables situacionales (por ejemplo, una mala relación con un superior en el ámbito laboral), variables individuales del sujeto que se enfrenta a la situación (por ejemplo, las habilidades sociales de que dispone) y consecuencias del estrés. Por tanto, el estrés aparece cuando se hacen ciertas demandas al individuo las cuales tiene que responder pero no posee los recursos necesarios para hacerlo; entonces es cuando aparecen los síntomas.
La lista de síntomas de una persona que sufre estrés puede ser muy extensa y variada:
– Preocupación
– Miedo
– Falta de concentración
– Inseguridad
– Sentimientos negativos
– Pensamientos negativos
– Palpitacioness, problema estr
– Temblores
– Trastornos de sueño
– Trastornos alimenticios
– Dolores digestivos…
Existen muchos factores que pueden despertar una respuesta de estrés; cualquier situación o condición que presiona al individuo en su actividad laboral puede provocar la reacción de estrés. E incluso, en ocasiones, aunque la situación objetivamente no sea muy estresante (por ejemplo, puede que sea agobiante para un individuo, pero que no lo sea para otro), si un individuo interpreta dicha situación como un peligro, o como una amenaza potencial, surgirá la reacción de estrés. Pero hay ciertos factores que se han visto que se repiten en personas que ha sufrido estrés laboral como por ejemplo el exceso de trabajo, falta de recursos para realizarlo, mala relaciones con superiores o subordinados, falta de tiempo para realizar las tareas demandadas, inseguridad en el empleo, etc.
Pero, ¿qué podemos hacer para prevenir este problema?
● Descansa. Es importante tener el tiempo suficiente para recuperarnos de un día duro de trabajo. Desconectar y centrarte en otro tipo de actividades placenteras hará que rindas mejor al día siguiente en tu puesto de trabajo.
● Mantener un estilo de vida saludable cuidando la alimentación y haciendo ejercicio de forma habitual.
● Una buena comunicación con otros integrantes de tu equipo de trabajo hará que el ambiente sea relajado y nos sintamos cómodos para expresarnos libremente.
● No dejar pasar los problemas: afrontarlos de una manera más activa o más pasiva, analizando qué es lo mejor en cada caso.
● Practicar la relajación con cierta asiduidad en los momentos en los que nos encontramos peor, dedicándonos algún tiempo a nosotros mismos.
● Felicitarnos a nosotros mismos cuando hemos realizado bien una tarea. Si hemos hecho mal una cosa reconocer que hemos actuado mal en esta ocasión, analizar nuestros errores y corregirlos, sin culpas, sin pensamientos negativos sobre uno mismo.
“La mayor arma contra el estrés es nuestra habilidad para elegir un pensamiento sobre otro”.
William James
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