IR A UN PSICÓLOGO
Muchas veces nos preguntáis si sirve de algo ir a terapia y qué cosas se pueden trabajar, aquí os dejo el testimonio de una paciente que nos cuenta su experiencia al acudir a nuestro Centro de Psicología Psh, donde confío en nosotras y pudimos ayudarla en su proceso, juzgar vosotros mismos si la terapia le ha ayudado o no:
“Cosas que he mejorado en terapia y cosas que quedan por mejorar”
* Necesidad de control: ni de lejos soy la persona súper controladora y siempre con un plan B que era antes. He aprendido que las cosas también se pueden planear sobre la marcha y que hay que confiar en que todo va a salir bien. «Cuando lleguemos a ese río cruzaremos ese puente» es la frase que más he repetido en el último año y medio. Evidentemente sigo prefiriendo situaciones controladas en muchos aspectos de mi vida, pero el hecho de que no lo estén no me genera ansiedad como antes.
* Necesidad de control sobre mí misma y mis propios sentimientos: uno de los aspectos de los que me costó más darme cuenta era que no sólo intentaba controlar situaciones a mi alrededor si no también mis propios sentimientos. Ahora mismo se me vienen a la cabeza situaciones en las que incluso cuantificaba el tiempo que me permitía tener una emoción determinada («puedo estar triste pero sólo X tiempo»). He aprendido que intentar controlar un sentimiento no solo no vale para nada, sino que es contraproducente y me genera un sentimiento de culpa que solo empeora las cosas. Cuando simplemente «me dejó» llega un día en el que me doy cuenta de que ese sentimiento ya no está.
* Superexigencia a mí misma y perfeccionismo: me sigue costando aceptar tanto las valoraciones positivas como las críticas, pero menos que antes. He aprendido a separar una crítica negativa de una verdad absoluta, es decir, que una persona me diga que he hecho algo mal no significa ni que siempre lo haga mal ni que todo el mundo piense lo mismo.
* Confianza en mí: aún quedan cosillas por mejorar, pero mi primer pensamiento cuando voy a hacer algo nuevo tira más por el «¿y por qué no lo voy a hacer bien?» que en enumerar las 200 razones por las que me podría salir mal.
* Sociabilidad: busco mucho más los planes y los ambientes sociales, me da muchísimos menos miedos conocer gente nueva y gracias a todo eso y a parte de los aspectos anteriores he conseguido aumentar mi círculo de amigos cercanos y mi círculo de amigos en general.
* Miedo al rechazo (en general): es una de las cosas que quizá menos haya avanzado, pese a haber mejorado. Creo que lo más importante es que soy consciente de cuando estoy haciendo o dejando de hacer algo por miedo a que vayan a pensar de mí y muchas veces eso me hace replantearme la situación o intentar hacerla de otra forma para la próxima.
* Miedo al rechazo (chicos): pese a que creo que estoy a años luz de cómo afrontaba cualquier situación puede que sea el aspecto en el que más me queda por mejorar. También es el más difícil y en el que probablemente más trabajo tengo por hacer. Por lo menos he conseguido estar más relajada en situaciones que antes me daban pánico y dejar de pensar por defecto que es imposible que le guste al chico que me gusta hasta que se demuestre lo contrario. También pese a que sigue siendo un tema del que no me gusta hablar, soy capaz de hablarlo con gente cercana sin que me genere miedo ni lo quiera evitar.
* Miedo a mostrar sentimientos: en general, he empezado a convencerme de que mostrar sentimientos (sobre todo negativos) no es un gesto de debilidad ni una puerta abierta a que me hagan daño. Me sigue costando sacarlos, y me siento más segura cuando no soy la única que los muestra (por ejemplo llorar en público) pero nunca me hubiera imaginado que iba a estar orgullosa de que me llamarán llorona.”
Esperamos que este testimonio os haya ayudado a ver que ir al psicólogo os puede ayudar a superar vuestras dificultades y miedos, es cierto que supone un esfuerzo y tiempo pero trabajando en uno mismo los cambios son posibles.
Desde el centro de Psicología PSH os animamos a buscar esta ayuda si pensáis que hay cosas que cambiándolas seríais más felices…
“Vivir es dibujar sin goma”
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